+ Mons. D. Ángel Fernández Collado
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2 de mayo de 2020
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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]E[/fusion_dropcap]n el domingo IV de Pascua, llamado del “Buen Pastor”, celebramos cada año la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas, dos realidades muy vinculadas entre sí. El objetivo no es otro que nuestra oración, la de todos, se dirija a conseguir algo tan esencial, en la vida de la Iglesia, como son las vocaciones a todos los estados de vida que la Iglesia nos propone pero, especialmente, a la vida sacerdotal, consagrada y al matrimonio cristiano.
Por este motivo, a la vez que rezamos por estas vocaciones, vamos a realizar algunas acciones concretas, tanto para dar a conocer a los seminaristas diocesanos la necesidad de la oración para que no falten vocaciones dentro y fuera de nuestra diócesis, así como para ayudar, de forma cercana, a aquellos que han recibido la llamada del Señor y se sienten impulsados a seguir más de cerca a Jesucristo y a servir a la Iglesia con un don o vocación específica.
Estas acciones, confinados este año en casa por el Estado de Alarma a causa de la pandemia del Covid-19, serán especialmente con diversos “vídeos” que se colgarán en las redes sociales, y con una “Oración en Familia”, que nos ofrecen desde la Delegación Diocesana de Liturgia y Música Sacra. Deseamos que estos materiales lleguen a un gran número de jóvenes, niños y familias de nuestra diócesis. Igualmente, todos aquellos que dentro de vuestro corazón estáis escuchando esa llamada, esa vocación especial a seguir a Cristo en la vida sacerdotal, podéis contactar con el Rector del Seminario por vía e-mail a seminario@diocesisalbacete.orgy él os ayudara a discernir esa inquietud llena de temor y alegría, a la vez, que empieza a resonar en vuestros corazones. También, las chicas que sentís la inquietud de conocer la Vida Consagrada-Religiosa tenéis la oportunidad de conocerla en cualquiera de nuestros Conventos y Monasterios, repartidos por la geografía diocesana, o los que estáis llamados a la misión o matrimonio cristiano, también, nuestra diócesis tiene para vosotros medios de ayuda y orientación (Delegación de Misiones y Delegación de Familia y Vida).
Estoy convencido de que Dios llama a muchos más de los que se lo plantean y a bastantes más de los que responden. Pero sucede que la vocación o llamada no llega, normalmente, por un mensaje directo (WhatsApp, E-mail Facebook, Twitter, etc.), sino a través del testimonio o la propuesta de otros. La Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones sirve de altavoz a esa llamada divina hacia una vocación específica. Algunos jóvenes, que han respondido a la llamada, la recibieron por medio de las palabras o experiencias de otros jóvenes que les han hablado de su vocación sacerdotal, religiosa y matrimonial, o porque han participado en las oraciones vocacionales, que se realizan una vez al mes en diferentes parroquias de la geografía diocesana, o, simplemente, observando la vida y el ejemplo de un sacerdote, una religiosa o la de tantos y tantos matrimonios cristianos. Y sucede, además, que algunos de los llamados se hacen sordos a esa voz, no quieren escucharla porque cambiaría su vida actual. A veces, Dios tiene que insistir y, aun así, respeta siempre la libertad del aquel que responde positiva, o negativamente, a la invitación del Señor.
Por eso, la Jornada de Oración por las Vocaciones debe estar empapada, primero, de oración ferviente y profunda por la que nos situamos en un plano de fe, desde la cual pedimos a Dios que envíe vocaciones a los estados de vida cristiana: que nos mande muchos y santos seminaristas que serán futuros sacerdotes; santas religiosas que, desde el silencio de los Monasterios, recen y se ofrezcan por cada uno de nosotros o, desde la actividad pastoral, trabajen por el bien de todos; y, cómo no, matrimonios santos que ofrezcan a sus hijos a la llamada de Dios, para el servicio de su Pueblo santo, en esta diócesis de Albacete y en otros lugares.
Los sacerdotes, las religiosas y los matrimonios cristianos sois los principales agentes de pastoral vocacional en la Iglesia. Para mí y para muchos que dijimos “Sí” a la vocación que Dios nos proponía, cada uno en su camino, la imagen real de un sacerdote, una religiosa o un matrimonio cristiano y apostólico, fueron fundamentales para percibir los signos iniciales de la vocación a la que estábamos siendo llamados. Queridos sacerdotes, religiosas y familias cristianas, si queréis ayudar eficazmente a la Iglesia, además de vivir con intensidad vuestra vocación específica, vuestra principal preocupación debe ser crear un clima vocacional en vuestro entorno, en vuestras parroquias, comunidades, movimientos, hermandades, cofradías, en vuestra propia familia y con los que os rodean. Es muy difícil que un niño, un joven o un adulto se entusiasmen con una vocación en la Iglesia si ven en nosotros quejas, desilusión y amargura continuas.
Debemos orar con insistencia por las vocaciones. Dios tiene sus planes; colaboremos con Él. La Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas nos lo recuerdan. Todos tenemos algo o mucho que hacer en este campo para que la Iglesia no se sienta privada de las vocaciones necesarias para su misión evangelizadora y sacramental. Es un bien para la Iglesia y la sociedad, y es tarea nuestra como hijos y miembros de la Iglesia.
Recibid mi afecto, oración y bendición.