+ Mons. D. Ángel Fernández Collado

|

5 de diciembre de 2020

|

125

Visitas: 125

En el entorno de la fiesta de san José, esposo de María virgen y padre adoptivo de Jesús, celebramos anualmente el “Día del Seminario”. Este año a causa de la epidemia de la Covid-19 se ha trasladado al día 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, patrona de España. Lo importante de esta celebración es que no olvidemos rezar para que no falten vocaciones sacerdotales y ayudar económicamente a nuestro Seminario Diocesano, pues las vocaciones sacerdotales deben ser lo más esencial e importante de la vida de la Iglesia, y nuestra Iglesia particular de Albacete lo necesita, como dice el refranero español: “como agua de mayo”.

Por este motivo, a la vez que rezamos por las vocaciones al sacerdocio, deseamos dar a conocer nuestro Seminario, a los seminaristas diocesanos y el proyecto diocesano de este curso pastoral 2020-2021: un Seminario en Familiao de fin de semana. También deseo invitaros a todos a participar en las Oraciones Vocacionales mensuales que desde la Delegación Diocesana de Pastoral Vocacional se vienen preparando y realizando en diferentes parroquias de la Diócesis. Si deseas participar en ellas o que se realicen en vuestras parroquias poneos en contacto en el e-mail vocaciones@diocesisalbacete.orgcon el Delegado Diocesano. Con estas iniciativas y las que cada sacerdote y familia puede llevar a cabo, intentamos llegar a un gran número de jóvenes, niños y familias de nuestra diócesis para que sintamos la necesidad de rezar por las vocaciones sacerdotales y que si alguno siente esta llamada al sacerdocio pueda ser atendido como se merece.

Por otro lado, la colecta extraordinaria que se suele hacer el Día del Seminario, con la que se ayuda a mantener el Seminario cada año, debemos seguir realizándola en las Misas de este día, aunque también hay otros medios para ayudar económicamente. Podéis hacer vuestras aportaciones-donativos en la cuenta bancaria del Liberbank ES62 2048 3647 0534 0000 0278a favor del Seminario Diocesano, o poniéndonos en contacto con vuestros párrocos, el ecónomo diocesano o el rector del seminario por vía e-mail: economo@diocesisalbacete.org;seminario@diocesisalbacete.orgy ellos os darán más información para que sigamos realizando donaciones económicas, que tanto necesita el Seminario y la Iglesia, pues gracias a esta aportación podemos seguir realizando numerosas iniciativas vocacionales y también ofreciendo la formación necesaria a los futuros sacerdotes que serán vuestros párrocos dentro de poco tiempo.

La campaña del Día del Seminario es también una buena ocasión para conocer a los seminaristas de nuestra diócesis (Alejandro, Saúl, Erick y José Juan), sus vidas y su llamada por parte de Dios, a la vez mostrar a otros niños o jóvenes la vocación sacerdotal que ellos mismos han recibido y plantear a muchos esa posible llamada que se esconde en el corazón de quienes son elegidos por Dios.

Estoy convencido de que Dios llama a muchos más de los que se lo plantean y a bastantes más de los que responden. Dios es el primer interesado en dar pastores a su pueblo. Pero sucede que la llamada no llega normalmente por mensaje directo (Whats, E-mail Facebook, Twitter, etc.), sino a través del testimonio o la propuesta de otros. La campaña del Día del Seminario sirve de altavoz a esa llamada. Varios de los jóvenes que responden a la llamada han escuchado la llamada a esta vocación por medio de otros jóvenes seminaristas a los que han oído hablar de su vocación sacerdotal, o porque han participado en las oraciones vocacionales o, simplemente, observando la vida y el ejemplo de un sacerdote. Sucede también que algunos de los llamados se hacen sordos a la voz del Señor. A veces, Dios tiene que insistir con varios mensajeros y mensajes y, aun así, respeta siempre la libertad del que quiera responder positiva o negativamente.

Por eso, la campaña del Día del Seminario, debe estar acompañada de oraciones fervientes y profundas, llenas de fe, en las cuales pidamos a Dios que envíe trabajadores a su mies, que nos mande muchos y santos seminaristas para que sean futuros sacerdotes al servicio de su Pueblo en esta diócesis de Albacete y en otros lugares.

Las familias tienen mucho que ver en la respuesta y consolidación de esta llamada: padres, abuelos, hermanos. Si cuando llega la vocación a alguno de los miembros de la familia todos apoyan, todo es más fácil, pues es más fácil responder, cuando uno se siente apoyado y animado por su familia, que ve en ello un regalo de Dios. 

Igualmente tienen mucho que ver, también, los sacerdotes. Los principales agentes de pastoral vocacional son precisamente ellos. Para mí y para otros muchos sacerdotes, la persona de su párroco o de otro sacerdote ha sido fundamental para percibir los signos iniciales de su vocación sacerdotal, que después se irá configurando. Queridos sacerdotes, vuestra primera y principal preocupación debe ser crear un clima vocacional en vuestro entorno, en vuestras parroquias, comunidades, movimientos, hermandades y cofradías. Vivid, celebrad, orad y hablad de vuestro sacerdocio con alegría Pascual, la alegría que en medio de las dificultades se goza con la victoria de Jesucristo Resucitado. Es muy difícil que un niño o un joven se entusiasme con el sacerdocio, si ven en nosotros la queja permanente y la amargura continua.

Oremos con insistencia por las vocaciones sacerdotales. Dios tiene sus planes, colaboremos con Él. Todos tenemos algo o mucho que hacer en este campo para que la Iglesia no se sienta privada de los sacerdotes necesarios para su misión evangelizadora y sacramental. Es un bien para la Iglesia y la sociedad, es tarea de todos. Sed generosos en la colaboración económica. Dios os pagará con creces la entrega de los ahorrillos que vamos ofreciendo para esta tarea y misión en su Iglesia.