Manuel de Diego Martín

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15 de agosto de 2009

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He pasado unos días de vacaciones con mi familia en tierras burgalesas, en el pueblo en que nací en la comarca de la ribera del Duero. Como Soria no está lejos de mi pueblo aproveché un día para visitar la Exposición de las Edades del Hombres, que este año está ubicada en la Con-catedral de S. Pedro de la capital Soriana. La Exposición se titulaba “Paisaje interior” haciendo referencia a esos paisajes exteriores de esta tierra que tan poéticamente cantó Antonio Machado.

Pasé tres horas de intensa gozada contemplando aquellas hermosísimas obras del patrimonio artístico y cristiano de Castilla y León. Abundaban allá sobre todo obras de las tierras sorianas. Entre versos de Machado, Adolfo Bécquer y Gerardo Diego pude revivir dentro de mí a través de aquellas mudas imágenes siglos cargados de historia.

Pude apreciar sobre todo lo que fue la reconstrucción tenaz de aquellas tierras regadas por el Duero que habían sido arrasadas por el Islam. Aquellas gentes consiguieron poco a poco poner de pie sus iglesias, sus monasterios, ermitas para vivir lo que había sido su historia dentro de una cultura cristiana.

La guinda de la excursión la puse cuando enfilé mi coche hacia el pueblo de Calatañazor, allá donde el caudillo Almanzor había perdido su tambor. Me pillaba muy bien en el camino de retorno. En este pueblo encontré las ruinas del famoso castillo de las Águilas que fue testigo de aquella famosa batalla y de aquella derrota de los islámicos. Los pueblos cristianos estaban hartos del orgullo y poderío de los almorávides que no les dejaban vivir. Entonces unidos los reyes de Castilla, León y Navarra infligieron una terrible derrota a Almanzor, que dicen las crónicas que de rabia y de pena por tanta humillación murió días después en Medinaceli. Lo cierto es que para aquellas tierras comienza una época de reconstrucción tal como se ve en las Edades del Hombre. Salvando las distancias podemos decir que Calatañazor, al igual que Covadonga, las Navas de Tolosa, Poitiers, Lepanto o Viena quedan en la historia como esos hitos que pararon el expansionismo del Islam.

Ciertamente viajes como este, exposiciones como las de las Edades del Hombre, nos ayudan a comprender muy bien cuál ha sido nuestra verdadera historia, qué significa España y sus raíces cristianas. Por si acaso, en momentos de confusión, es bueno recordarlo.