Manuel de Diego Martín

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8 de diciembre de 2012

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El pasado domingo en el programa “Iglesia en Albacete”, José Joaquín Tárraga, nuevo delegado de Medios de Comunicación Social, daba el adiós a César Tomás que durante dieciocho años ha trabajado incansablemente con tanto amor, dedicación y creatividad en esta delegación.

A veces los cargos se toman como cargas y se llevan a cabo conformándose con los mínimos. César asumió este cargo en medio de otras muchas cargas y ha intentado llevarlo a los máximos porque ha visto que los medios son una herramienta privilegiada para la evangelización y ha querido ser consecuente con ello.

Él ha conseguido estructurar y modernizar la Delegación para hacer de ella plataforma para que todas las realidades eclesiales pudieran tener su voz. Mirando al programa de la radio vemos la bella sintonía en la que se oye el grito de los niños para anunciar: ¡“Iglesia en Albacete”! Como decía el Papa al poner en marcha su Twiter, es necesario llegar a los jóvenes pues el futuro es de ellos. Así pues vemos cómo por la Cope han pasado multitud de niños, jóvenes y mayores para ofrecer lo mejor de si mismos.

Puso en marcha la revista “Iglesia en Albacete” mensual, para ir reflejando la vida de la Iglesia, pero luego se vio que era mas práctica y efectiva la “Hoja Dominical” de cada semana. ¡Qué gozo ver como cada domingo la vida de nuestra Iglesia, la voz de nuestro Obispo llega a los últimos rincones de la diócesis! La Hoja Dominical está siendo también un privilegiado altavoz para concienciar a todos de las grandes causas: El Domund, Día del Seminario, Manos Unidas, Cáritas… Y para completar la acción comunicativa, ahí está la página web del Obispado. También hay que notar la relación que César ha tenido con todos los medios de la ciudad, y cómo en este periódico tenemos esta página de Iglesia.

El otro día me encontré en Madrid con un amigo de Teruel al que le acaban de dar el premio Bravo de la Conferencia Episcopal, por su acción comunicativa a nivel diocesano. Al preguntarle por sus méritos, me dice que lleva tres años haciendo un programa con chicos del Instituto y que esto les ha gustado y lo han premiado. Me alegro mucho por mi amigo turolense, pero para la próxima edición de los Bravos me gustaría que tuvieran en cuenta esta labor de César. Es verdad que no hacemos las cosas para que nos las premien, pero es bueno reconocer lo bien hecho. ¡Bravo, César Tomás!