Manuel de Diego Martín
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13 de enero de 2007
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Acabamos el año 2006 con el bombazo de ETA, que al matar a dos ciudadanos y destruir todo un grandioso aparcamiento, ha destruido la esperanza de muchos ciudadanos que creyeron que la paz era posible.
Como regalo de año nuevo ETA nos arroja otro bombazo, su nefasto comunicado en el que sigue haciendo profesión de que no dejarán de matar hasta que no les den todo lo que piden. Está muy claro, ETA habla el mismo lenguaje con los hechos que con las palabras.
¿Qué alternativa nos queda? Darles todo lo que piden y se acabó la pesadilla. Pues los etarras se parecen a esos chiquillos enfurecidos que gritan, se revuelcan en tierra, rompen cosas hasta que sus padres les dicen: ¿qué quieres Pepito? Te daremos todo lo que nos pides y no llores más. Entonces el chiquillo se queda sosegado.
Pero todas las pedagogías del mundo nos dicen que actuar así con los niños no es bueno. Al final los convertimos en energúmenos que acabarán arrancándonos los ojos. Tampoco un estado de derecho puede doblegarse ante las exigencias violentas de grupos mal criados.
Queda pues el otro camino, hacer funcionar el estado de derecho. Se dice siempre que para reducir a un chiquillo enloquecido, para hacerle entrar en razones, se requiere que el papá y la mamá estén de acuerdo. Si uno flojea, qué mas quiere el chiquillo. Si además tiene unos hermanastros que ríen sus gracias y le apoyan, apaga y vamos nos.
Aquí el padre y la madre que pueden hacer funcionar el estado de derecho son los dos grandes partidos nacionales, El partido que gobierna y el que representa a una oposición mayoritaria. Si los papás no están de acuerdo, ETA seguirá alocada haciendo de las suyas, máxime si Ezquerra, PNV y otros pequeños partidos les dan alas.
Así pues, después de oír a un montón de tertulianos reflexionar sobre el tema, pienso que para que esto del terrorismo se pueda arreglar, tienen que ponerse de acuerdo el papá y la mamá, es decir PSOE y PP. ¡Qué pena, que ahora más que nunca, cuando más los necesitamos unidos, estén más peleados que nunca! Ahora no quiero entrar a ver quién es más culpable de estas peleas. Lo cierto es que mientras sigan así, no cesará la locura y el sin vivir de nuestra familia que es España.