Manuel de Diego Martín

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12 de septiembre de 2015

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Recordaba hace poco  en esta página lo impactante  que fue para mí, en un reciente viaje a África, el ver las obras tan hermosas que los misioneros  llevan adelante en favor del desarrollo humano y cristiano de aquellas gentes. Y me decía: “¡Gracias, Iglesia del Señor, qué hermoso es pertenecer a ti”

Hace unos días en la feria de Almansa reviví en mi corazón una vivencia muy  parecida. En este pueblo, durante las fiestas grandes, la Parroquia de la Asunción con otras Sociedades  organizan las Jornadas de “Arte, Fe y Cultura” que este año han cumplido su cuarta edición. Como estamos celebrando el Año de la Vida Consagrada, los organizadores han visto con gran acierto que era bueno que las gentes conociesen la historia y todo el bien que durante más de cien años dos Congregaciones Religiosas han llevado a cabo en este pueblo. Se trata de las Esclavas de María Inmaculada en el campo social y educativo y la Hermanitas de las Ancianos Desamparados en el campo asistencial.

Fueron dos noches de gran emotividad y entusiasmo.  En la primera, una antigua alumna glosó muy bellamente  todo lo que había sido la vida de esta gran mujer Juana María Condesa y cómo surgió  su vocación  hasta  desvivirse por las mujeres obreras que a finales del siglo XIX sufrían lo indecible. Una almanseña, que conoció esta obra en Valencia, se dio cuenta del bien que podría hacer en Almansa un pueblo en pleno desarrollo industrial.  Así llegó la Madre María Juana con nueve hermanas más y empezó la gran aventura. Primero clases nocturnas de alfabetización, más tarde residencia para mujeres obreras, el colegio, hasta llegar a la Casa de espiritualidad. ¡Cuánto bien han hecho las Hermanas en este pueblo a lo largo de estos cien años!  E intercalando la charla, otra antigua alumna, consumada artista, nos cantó letras que llegaban al alma, ya que era traducir en música los sentimientos de la Madre Fundadora.

La segunda noche llegó  el turno para hablarnos de Santa Teresa Jornet e Ibars fundadora de las Hermanitas de los Ancianos desamparados. Los ponentes nos hicieron ver al detalle cómo llegaron las Hermanas a Almansa, cómo vivieron en el antiguo Asilo, hasta que en 1963 pudieron construir, con la ayuda de todos, las hermosa Residencia que hoy vemos. Y en medio de las charla, la actuación de la Coral de Almansa que interpretó piezas bellísimas de los más grandes compositores de la historia. Quedó muy claro cómo el pueblo de Almansa siempre estuvo al lado del Asilo y se palpa el  agradecimiento que sienten hacia todas las Hermanitas que han pasado por esta  casa haciendo tanto bien a los ancianos.

Se cerró la jornada con la intervención del Sr. Alcalde  que agradeció el bien que estas Congregaciones están haciendo al pueblo de Almansa a la vez que se ponía a disposición para ayudar en todo lo que pueda. De igual manera el Sr. Obispo agradeció al pueblo que tuviera este gesto de reconocimiento hacia estas Congregaciones, animando a seguir siempre unidos por hacer una sociedad mejor cuidando sobre todo a los más desfavorecidos, como es la vocación de estas Religiosas recordadas con tanto cariño.