Manuel de Diego Martín

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11 de junio de 2011

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Estos días, en el traspaso de poderes, hay un como un cierto revuelo en los graderíos de los políticos.  Los castellanos manchegos estamos siendo noticia un día y otro también. Hay quienes afirman que esto se debe a que hay  políticos que no saben perder y otros que no saben ganar.  En algunos trabaja el resentimiento, el despecho, tal vez el miedo a perder prebendas. Otros llegan con un cierto revanchismo, eso que los griegos llamaban “hybris”, para entendernos, con una borrachera de poder.

Actuar así es no entender la acción política como servicio al bien común.  Si se trabaja por este bien, si la motivación profunda es servir a su comunidad, el buen político, sin alterarse mucho,  estará dispuesto a cogerlo o dejarlo según las circunstancias lo pidan

Me gustaría ver la “acción política”  así  como la entiende la “Acción Católica”  Hoy en la fiesta de Pentecostés, la Iglesia celebra su Día. Son Acción Católica todos aquellos que sintiéndose hijos de la Iglesia tienen como método de de acción la llamada “Revisión de vida”. Este consiste  en ver  en primer lugar nuestra realidad, tal como es, sin tapujos. Una vez vista se confronta con el evangelio. ¿Qué nos dice Jesús sobre ella, qué hay de bueno y de malo?  Hay, pues,  que superar ante ella subjetivismos o intereses particulares.  Y el tercer paso es actuar en consecuencia. “Ver, juzgar y actuar,” como palancas para el cambio.

Hoy la Iglesia  nos invita a todos a ser acción católica  Nos anima a  un compromiso radical  por transformar nuestra realidad. ¡Qué grandes políticos ha dado la “Acción Católica” a lo largo del tiempo!  Que no dejemos morir la utopía que la Acción Católica, desde que se fundó ha proclamado: conseguir que nuestro mundo viva en  justicia, en  verdad y libertad conforme al  proyecto de Dios.