Pablo Bermejo

|

1 de septiembre de 2007

|

305

Visitas: 305

[tta_listen_btn]

En ocasiones escucho cómo la gente comenta entre risas que pueden tener vida social gracias a que sus padres se quedan con sus hijos. Es cierto que la unión abuelos-nietos siempre ha resultado un gran alivio para los padres, pero estos últimos no parecen darse cuenta del beneficio real que esto supone para sus hijos.

Recuerdo cuando yo tenía siete años, que todos los viernes en cuanto llegaba a casa tiraba la mochila en mi cama y me iba directo a casa de mis abuelos maternos a pasar el fin de semana (por mi propia opción). 

En verano, mis abuelos me obligaban a hacer cuadernos de ejercicios para que no se me olvidara multiplicar y dividir. Mi abuela me enseñaba a cocinar, a saber comprar carne buena en la carnicería, también me enseñó a jugar a una gran variedad de juegos de cartas, e incluso a las damas.

Entre sus enseñanzas, estuvieron las oraciones. Ella tenía un libro de religión de cuando mi primo había hecho la comunión, y en las últimas páginas estaban todas las oraciones. La primera que me enseñó fue el Jesusito de mi vida, y recuerdo cómo temblé cuando me tuve que estudiar el Credo. El caso es que a los 8 años, un día en clase, la profesora nos mandó hacer práctica de escritura escribiendo el Padre Nuestro. Cuál sería su sorpresa cuando a los cinco minutos veía cómo la mitad de la clase tenía que copiarse de la otra mitad pues no lo conocían.

En una edad más adulta, cuando he estado a solas con mis amigos jugando a las cartas, hemos pasado momentos muy bueno riéndonos con los juegos que yo les enseñaba con las cartas. Recuerdo un juego llamado Los Cuernos, en el que no pudimos acabar la multa al perdedor porque no parábamos de reírnos. El caso es que no me gusta cuando parece que el rol de los abuelos con sus nietos es sólo el de mimarlos y el de hacerles la merienda porque los padres están trabajando a esa hora de la tarde. Igual que los padres cumplen la labor más importante con sus hijos, los abuelos también tienen papeles que cumplir con sus nietos además de darles de merendar.