12 de mayo de 2019
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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]D[/fusion_dropcap]i «Sí» al sueño de Dios”. Este es el lema elegido, este año, para la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y Jornada de Vocaciones Nativas, muy sugerente, muy ligado a los jóvenes en los que se empieza a forjar esa vocación, ese sueño que tiene Dios para nosotros, esperando ese sí, como María (buen ejemplo en este mes de mayo). Pensemos, un momento, el porqué de orar y colaborar con esta campaña que h: ¿Es importante para ti poder contar con un sacerdote que te acompañe, y lo haga también en los momentos fundamentales en la vida de tu familia? ¿Es importante para ti la oración silenciosa y la labor incansable que llevan a cabo los religiosos? Entonces comprenderás la importancia de las vocaciones locales para los territorios de misión.
Y, ayudando a estas vocaciones locales, tenemos a algunos misioneros de nuestra Diócesis de Albacete, como es Pedro Jesús, natural de Barrax, que pertenece a la congregación de los “Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús” (dehonianos), en Ecuador, que nos escribe estas palabras: “La formación no es, por lo general, el primer deseo de un joven religioso que se va de misiones. He asumido este encargo desde un proyecto de misión que se asume de manera comunitaria entre todos los religiosos que conformamos la presencia de nuestra Congregación en Ecuador. Es una experiencia muy hermosa acompañar la acción de Dios en los jóvenes, en su historia y en su fe. Es una experiencia de escucha, saber estar, saber hablar y, otras veces, callar. Es, sobre todo, de contemplación, donde la oración tiene un valor muy significativo. Hay momentos en los que el formador no puede hacer más que contemplar el camino elegido, aunque deseara otro para la persona. Son momentos de abandono en Dios, en la oración y dejar que Él vaya haciendo su obra como desee”.