Celebramos hoy el domingo del DOMUND, el domingo de octubre que a todos nos sabe a misión. La palabra misión tiene mucho que ver con misa, misioneros, transmisión incluso comisión. Las palabras como las personas forman familias. Hoy damos gracias por la misión encomendada a cada cual. Es algo que nos han dado y entregado. No es algo que he construido yo mismo. Es un encargo o mejor dicho un mandato.

La Biblia está inconclusa. Los evangelios tienen un final abierto. Están por cumplir. “Id por todo el mundo y anunciar la Buena Noticia” es la misión por cumplir. No está la misión cumplida, al contrario, es una fuerza hacia delante que nos arroja y empuja. Qué hermoso es vivir este último mandamiento del Señor como un regalo. Un regalo que nos debe de incomodar pues nos impide quedarnos sentados y tranquilos. Nos hace salir a las calles y plazas para anunciar el Reinado de Dios que no cesa y que está también por cumplir.

También cumplen nuestros misioneros y misioneras diocesanos esparcidos por distintos continentes. Ellos son pocos y sin embargo son el orgullo de nuestra joven diócesis. Nos hacen ver que la Iglesia es Universal, tiene tantos rostros como culturas en la faz de la tierra. Nos hacen descubrir otros modos, otros lenguajes, otras maneras de ser Iglesia. Damos gracias por ellos y por los enviados al Sínodo de la sinodalidad que ha pasado el ecuador de la segunda asamblea. Todos enviados, arrojados, misioneros. Todos en los que estamos también nosotros. Pues tenemos una misión por cumplir. Feliz domingo del DOMUND.