Mª Angeles Zafrilla Cifuentes

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6 de octubre de 2024

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Como abogada de familia, me veo involucrada en reclamar para los progenitores guardas y custodias o regímenes de visitas, siempre alegando el “interés del menor”

En las horas de estudio y soledad de mi despacho preparando los juicios y cuando acudo a reclamar los derechos de mis clientes en relación con sus hijos, me pregunto si ambos progenitores y todos los que estamos implicados en estos procesos velamos de verdad por el “interés de los menores” o más bien en nuestras peticiones hay un ánimo de revanchismo, de ganar al otro, de erigirnos en el padre diez. Por ello, cuando el silencio de la noche se rompe, oigo a esos menores que claman a sus padres:

 “Papá, mamá, recordad que un día os elegisteis porque os queríais y por eso nací. No me habléis mal del otro, no os critiquéis delante de mí, no me digáis que no cuente cosas al otro, no me hagáis decir lo que sabéis que no siento y si lo hago sienta que a alguno traiciono. Permitidme que me divierta en ambas casas, que tenga mis preferencias, dejarme que tenga libertad y que me pueda desarrollar; para ser de mayor un adulto equilibrado os necesito a los dos. Si tenéis problemas con las cosas o con el dinero resolverlas vosotros como adultos, yo no soy vuestro recadero, ni entiendo de esas cosas, yo sé de juguetes, dibujos, pinturas… A veces tengo sueños secretos e imaginarios en los que pienso que estamos todos juntos y cuando me despierto del sueño y vuelvo a la realidad y me tengo que cambiar de casa, lo hago enfadado porque no me apetece y es un incordio, aunque no quiere decir que no os quiera, pero también me canso. Os pido que os pongáis en mi lugar; en fin… papá, mamá, os quiero mucho, muchísimo a los dos.”

 La voz de tantos niños me desvela muchas noches y me pregunto ¿velamos los adultos por el “interés de los menores”?