24 de febrero de 2011
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Albacete y Zimbabwe están unidos por la presencia de un misionero natural de Ayna. Su nombre es Ángel Floro. Más de 40 años en la misión en la bella África y los últimos como Obispo en la diócesis de Gokwe. Esta diócesis tiene una extensión de unos 26.000 Km. cuadrados, casi tres veces la provincia de Albacete; y es toda ella rural. Tiene unos seiscientos mil habitantes de los que setenta mil son católicos. Al tener tanta extensión se hace muy difícil el traslado porque los caminos están muy mal. Zimbabwe ha pasado de ser un país piloto en desarrollo y alfabetización a ser de los últimos en todo. Ha pasado de ser un país rico y pionero a ser pobre donde se pasa hambre y falta lo imprescindible.
Y ha sido en este precioso país de Zimbabwe donde hemos podido compartir las navidades dos curas de Albacete. Cuando nos preguntan si hemos visto mucha miseria, lo que respondemos es que hemos visto mucha gente buena. Hemos podido comprobar cómo los muchos proyectos realizados por las parroquias de Albacete a través de la Delegación de Misiones siguen haciendo mucho bien. La ayuda llega pero se sigue necesitando mucha colaboración pues son muchos los proyectos que hay que llevar a cabo. En Zimbabwe hemos compartido la gratitud de la gente y la ilusión por seguir construyendo un futuro mejor. Ellos a pesar de las dificultades y la pobreza no dejan de luchar y promocionarse. Hemos podido comprobar el trabajo ingente de los misioneros y cómo son felices entregando su vida por los necesitados. Otra cosa que hemos podido comprobar es que la fe es un valor y es motivo de promoción humana.
La vida de esta diócesis africana llena de paisajes de ensueño como las cataratas Victoria está llena de buenas noticias. Nuevas congregaciones que se fundan en la diócesis, ya sean masculinas o femeninas como una Comunidad en la Misión de Nesigwe, zona de primera evangelización y donde van a trabajar en la educación y sanidad, tan precarias en la zona; se siguen abriendo nuevas misiones como la del misionero español Rosendo en Mateta que a pesar de su artritis ha levantado una misión espléndida; la ordenación de 4 presbíteros y 20 seminaristas mayores llamando a las puertas; el congreso diocesano del Movimiento Infantil Misionero con más de dos mil niños que llenó a todos de optimismo y esperanza. Además pudimos concelebrar en una profesión religiosa de 6 novicias y poder comprobar cómo un número elevado de jóvenes sigue formándose como postulantes. Y así podríamos seguir con un largo etcétera.
Durante nuestra estancia en África hemos podido comprobar los ojos abiertos de los niños que tienen hambre y sed de aprender. Corazón ardiente de los africanos que siguen respondiendo muy bien a la Palabra y al compromiso cristiano en los diferentes ministerios laicales. Pies ligeros que les hace caminar distancias kilométricas para formarse, encontrarse con la comunidad y celebrar la Eucaristía. Manos extendidas que acogen y saludan al extranjero sin prejuicios, comparten con generosidad todo lo que tienen y aplauden a Cristo con devoción y cariño en la consagración y comunión.
En cuanto a la situación política, económica y social, hay grandes esperanzas con la firma del Acuerdo Global Político en 2008 y el establecimiento del Gobierno de Unidad Nacional a primeros del año 2009. En estos momentos ha habido ciertas mejoras en el plano económico debido a la introducción del US dólar como moneda del país dado el desplome de la moneda local. El Presidente Mugabe, en el poder más de 30 años, ha anunciado elecciones presidenciales y parlamentarias para mediados del año 2011. Ello ha creado una inquietud y zozobra grandes, llena de miedos y temores recordando las elecciones pasadas llenas de violencia, muerte e intimidación. Y así las cosas el país vive en una calma tensa. Y entre todo esto la esperanza cristiana, la sonrisa trasparente de los niños y el sueño de una humanidad más justa y fraterna.