Manuel de Diego Martín

|

9 de junio de 2007

|

134

Visitas: 134

Hace un poco tiempo escuché una conferencia en Hellín al Sr. Bono sobre la idea de España. Me gustó mucho su manera de entender la pluralidad de pueblos dentro de la unidad de la nación española. También me parecía muy acertada su postura y actitud acerca del terrorismo tan distinta y tan distante de otros compañeros de partido. Me decía a mí mismo “esto va a misa”.

El otro día el Sr. Bono fue de verdad a Misa a la parroquia roja de Valllecas, y esto no me gustó nada en él. Me produjo hasta cierta indignación por el daño que estas cosas hacen a la Iglesia y porque esperaba otra cosa de él.

Es comprensible que a esas misas, prohibidas por el obispo de la diócesis, vayan famosos, artistas, cantantes, gente antisistema que nada saben ni nada quieren saber de lo que es una misa católica, puesto que se declaran agnósticos o ateos, pero que están dispuestos a apoyar una idea de libertad sea como sea, aunque sea utilizando las cosas mas santas. Pienso también que ir a una misa así, es sacar las cosas de quicio y es confundir la velocidad con el tocino.

Es comprensible que vaya el Sr. Zerolo, amigo de notoriedades que, a su vez, se declara ateo, pero amigo del cura Enrique. Pues si es amigo, que se vaya de copas con él, pero no debe participar de una Eucaristía, que es solo para creyentes en Jesús y que está prohibida en tal lugar por la autoridad competente en el caso. A pesar de todo, llego a comprender su presencia.

Pero que el Sr. Bono se preste a este juego, me parece muy mal. Nuestro ilustre político presumía de ser muy amigo del Cardenal D. Marcelo. Ahora esta alma bendita debe estar llorando ante las diabluras de su amigo. Con su presencia está danto una patada en la espinilla al cardenal Rouco, que ha prohibido formalmente esas celebraciones ya que es el máximo responsable de lo que se puede y se debe hacer en su diócesis. El Sr. Bono con su formación jurídica sabe cual es el papel y la responsabilidad de un obispo ante sus diocesanos.

Si el Sr. Bono dice que va a esa parroquia porque en ella está el verdadero Jesús, ya que allá se ocupan de los pobres. ¿Es que los demás no nos ocupamos de ellos? Además las instalaciones del complejo parroquial siguen abiertas para los pobres. Lo que está prohibido formalmente es celebrar allí la Eucaristía, no el dejarse la piel por los pobres. El obispo ha dicho que no, pero ahí está el Sr. Bono con todo su prestigio para decir a los curas de la parroquia roja que si, que adelante. ¿No se pasa un poquitín con esta postura este hombre tan ponderado como es nuestro ilustre paisano, el Sr. Bono? Esto ciertamente “no va a misa”.