Manuel de Diego Martín

|

17 de septiembre de 2011

|

143

Visitas: 143

Con el inicio del curso, nuestra diócesis de Albacete estrena un nuevo plan de pastoral para los cinco próximos años. ¿Y qué es un Plan de Pastoral? Pues echando mano del símil de los navegadores de coches que ayudan a sus usuarios a encontrar la meta de destino, de igual manera nuestro Obispo y sus consejos de gobierno, viendo la situación en la que nos encontramos como cristianos, y cuáles debieran ser las metas a las que nos debernos dirigir, nos marcan como unos itinerarios a seguir para llegar allí donde nuestro Padre Dios quiere llevarnos.

El lema del nuevo Plan es: “Nos renovamos, para evangelizar”. Aquí no se trata de un renovarse a la desesperada por miedo a morir, como tantas veces se dice. Aquí de lo que se trata es renovarse para poder llevar a cabo una inmensa y gozosa tarea a la que todos estamos llamados: la evangelización.

Parte el Plan de ver la situación del mundo en que vivimos en el que se constata “un eclipse de Dios” cada vez más grande; un mundo, y en el que tantos valores propios del ser humano brillan por su ausencia. Constatamos que cuando se proclama la muerte de Dios, lo único que lleva consigo es ver  multitud de hombres moribundos. Ver todo  esto  no puede por menos que traducirse  en una llamada a la conversión.  Tenemos que tener cada vez una experiencia más profunda de Dios, que afianza nuestro auténtico ser cristiano. Esta experiencia se consigue a través de la oración, se alimenta de la Palabra de Dios y de los Sacramentos y se confirma viviendo la caridad en la verdad.

Y una vez renovados somos enviados a evangelizar. ¿Qué significa evangelizar?  Pues llevar al mundo la gran noticia, el anuncio de que Dios nos ama, y que cada uno de nosotros podemos amar a nuestros hermanos. De esta manera en el mundo se puede construir  el reino de Dios, porque se supera la cultura de la muerte, se elimina toda  exclusión o expolio del otro, o ya no vale el tener sobre el ser. Evangelizar es intentar echar las bases de la civilización del amor. A esto estamos llamados.