Manuel de Diego Martín
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8 de septiembre de 2012
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Estamos en un momento en el que al leer la prensa, escuchar las noticias y diferentes tertulias a uno se le hiela el alma. Y es que las cifras y datos económicos tienen una obvia traducción, hay sufrimiento en infinidad de hogares.
Este tiempo han ardido los montes creando una gran desolación en muchas comarcas españoles, ¿necesitamos aún más? Ahora se preparan a arder de indignación también un montón de calles y plazas. Ahí está a la vista el 15 S y el 25 S con llamadas a tomar la calle e incluso el mismo parlamento. Se revientan actos académicos; se asaltan bancos y supermercados pidiendo justicia. Los catalanes preparan su Diada para pedir la independencia y los vascos sea como sea van buscando lo mismo. ¿Esto arregla algo? ¿Qué imagen de España estamos dando en Europa?
Dice el refrán castellanos: “a grandes males, grandes remedios”. Lo traducimos diciendo: “a grandes males, grandes consensos”. Es el momento de tomar conciencia de que entre todos haciendo piña podemos salir adelante. Somos un gran pueblo, una gran nación, una sola familia. Desde la conciencia de unir voluntades y poner en común con buena voluntad, iniciativas de aquí y de allá, es posible abrir futuro.
Dicen los sociólogos que para conseguir esta unión de voluntades tiene que haber antes unión de espíritus. Hace falta algún símbolo, algún hecho emblemático que previamente nos una a todos. Recientemente hizo esto el fútbol; nuestros campeones consiguieron que todos nos sintiéramos España; que la bandera española, que en muchos lugares estaba escondida, pudiera ondear en los balcones.
Me atrevo a decir que además del fútbol, hay otras realidades que nos pueden hacer sentir que somos un gran pueblo. Por ejemplo, la Virgen María. España nos dijo el beato Juan Pablo es la tierra de Maria. En este mes muchas comunidades, muchos pueblos celebran sus fiestas patronales en recuerdo a Maria.
Ciertamente a una madre no le gusta ver a sus hijos chillando unos contra otros como energúmenos. Cuando hay problemas los quiere ver dialogando, buscando soluciones. Diálogo, consenso, esto es lo que pedimos en esta hora grave a todos nuestros dirigentes. En Albacete pedimos a la Virgen de los Llanos que en nuestra Ciudad, en nuestra Provincia y Comunidad manchega nos sintamos una gran familia para construir todos juntos nuestro mejor futuro.