Manuel de Diego Martín

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26 de julio de 2014

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Hace unos días se hizo público un Documento que viene de la Santa Sede que se llama a si mismo: “Los desafíos pastorales de la Familia en el contexto de la Evangelización. Instrumentum Laboris”. La palabra instrumentum, traducido en español quiere decir herramienta, un utensilio para llevar adelante una determinada tarea. No hay que confundir la tarea con la herramienta. La tarea es la celebración de un Sínodo para iluminar ciertos temas eclesiales, aquí se trata de la familia, y para ello se utilizan ciertas herramientas.

Efectivamente, el próximo mes de octubre se celebrará el sínodo que se llama extraordinario, porque lo ha convocado el Papa por cuenta propia. Pero al año siguiente habrá otro, que se llama ordinario, porque es el que toca según reglamento cada cuatro años. El Sínodo es una reunión de Obispos que representan a todas las iglesias locales del mundo entero para tratar temas eclesiales. El Papa ha querido que estos dos sínodos en marcha traten sobre la familia, ya que de la buena o mala marcha de las familias depende en mucho el futuro de la Iglesia.

La originalidad del Santo Padre está en que esta vez ha querido que todas las iglesias del mundo respondan a un cuestionario preparado para veer lo que piensan los fieles de esto y de aquello dentro del mundo de la familia. Y en la familia hay de todo. Las uniones familiares son diversas. Está el tema de los divorciados vueltos a casar, las parejas homosexuales, la adopción de niños por estas… Han salido muchas cosas. Y todo lo que ha salido se ha recogido en este documento. Estamos en la etapa del VER, luego vendrá el JUZGAR y después veremos cómo se debe ACTUAR.

Pero muchos medios han cogido el rábano por las hojas. Se saltan la etapa del juzgar, y ya nos presentan lo que tiene que ser. Así vemos como curas y diáconos franceses bendicen a las parejas homosexuales, otros ya por sistema, sin más discernimiento, dan la comunión a divorciados vueltos a casar. Ya son muchos los que dicen que por fin la Iglesia cae de la burra y abre sus puertas a realidades nuevas superando todo oscurantismo. Estas gentes se están saltando un paso, del ver no se puede pasar al actuar.

Ahora viene el momento en que el Sínodo viendo lo que hay, todos los desafíos y problemas en la familia con la mejor voluntad del mundo irán descubriendo lo que el Señor quiere para su Iglesia. Lo que nunca dirán blanco a lo que en otro tiempo era negro. No cambiarán la doctrina sustancialmente, eso sí, ente el blanco y el negro, hay muchas luces por las que la Iglesia pueda caminar buscando el bien de los fieles.

Así pues, ánimo y a leerse el “Instrumentum Laboris”. Y, una vez leído, vamos a disfrutar muchos viendo lo que los obispos reflexionan y aclaran en sus debates. No nos quedemos con lo que digan los titulares de prensa, radio o tele, sobre todo si estas cadenas se caracterizan por no querer mucho a la Iglesia. Lo importante es ver lo que el Espíritu Santo dice a su Iglesia para actuar en consecuencia.