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27 de abril de 2008

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LOS HERMANOS DE LA CRUZ BLANCA

Celebramos en la Iglesia La Jornada Mundial del Enfermo. La Iglesia tiene instituciones y congregaciones destinadas a cuidar a enfermos, desvalidos, ancianos, etc.

Hoy nos dirigimos a visitar a Los Hermanos de La Cruz Blanca. En la carretera que sale de Hellín hacia Murcia nos encontramos con la casa de campo conocida como “Dalila”, hoy llamada Casa Familiar Fundación Marcos. Tenemos un pequeño encuentro con el Hno. Braulio, superior de la comunidad religiosa y de la casa.

– El nombre de Casa Familiar ¿Por qué?
– Nuestro fundador, el Hermano Isidoro, así pensó que fueran nuestras casas. Unas casas en que todos se sintieran familia, los asistidos, los religiosos, voluntarios, trabajadores. Por eso en principio estas casas no pueden ser muy grandes.

– ¿Cómo fueron los inicios?
– Todo empezó hace treinta años. La familia Marcos, ante las necesidades que había en esta comarca de asistir a enfermos de estas características, hicieron donación de su casa de verano a los Hermanos de la Cruz Blanca. Los principios fueron difíciles hasta ir acomodando los espacios. Todo el pueblo de Hellín se volcó para ayudar a los hermanos. Esta ayuda, como veis, sigue viva hoy día en que vienen tantos voluntarios para hacer trabajos de cocina, de planchado, etc.

– ¿Qué plan de atención, de educación, de trabajo lleváis con estos enfermos?
– Trabajamos todo lo posible para que sean autónomos, para que se puedan valer por sí mismos el mayor tiempo posible. Contamos con un psicoterapeuta, con animadora socio-cultural, talleres ocupacionales. Además los mismos asistidos colaboran en las tareas domésticas. De esta manera se sienten útiles, llenan su tiempo y también supone un ahorro para la casa. En esta familia todos debemos colaborar.

– ¿Y cómo se financia?
– A través de sus pensiones y conciertos que tenemos con la Diputación Provincial.

– ¿Cuánta gente hay en torno a esta casa?
– Hay setenta asistidos. Cuatro Hermanos. Tres colaboradores internos. Veinte trabajadores y más de un centenar de voluntarios que vienen a ayudar en diferentes trabajos como antes hemos dicho.

– ¿Cómo cultivan la dimensión religiosa?
– Los Hermanos tenemos diariamente nuestros actos religiosos. Pero tres o cuatro días a la semana tenemos la Eucaristía a la que asisten, se comprende, libremente los niños (esta es una manera de hablar entre nosotros). Ellos disfrutan y participan mucho en estas celebraciones: cantan, leen, y los celebrantes procuran adaptarse a ellos. Tenemos que agradecer que desde que pusimos el pie en Hellín, los sacerdotes de las parroquias nos han acompañado siempre y están a nuestra disposición cada día.

– ¿Y la dimensión de ocio, lúdica, festiva?
– Cuidamos también todo esto. Los que pueden, juegan en los futbolines, juegos de mesa: dominó, cartas… Participan en las fiestas del pueblo: la Feria, la tamborada, la Semana Santa. La ofrenda de flores a la Virgen. En Navidad hay una fiesta especial, la Cabalgata de los Reyes. Y todos los domingos un grupo numeroso sale con los hermanos a dar un paseo, que suele terminar compartiendo algún refresco, patatas fritas, o lo que ellos puedan tomar.

Gracias, Hno. Braulio, ¡qué pena no tener más espacio para seguir hablando de la casa!

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