20 de marzo de 2008

|

6

Visitas: 6

Nos llegan pocas noticias de la Iglesia Cubana. Por eso, rápidamente, echamos mano del bolígrafo y vamos apuntando lo que Enrique Rodríguez (un cura joven) nos comenta de la Iglesia en Cuba.

– ¿Cuál es la experiencia de Iglesia en Cuba?
– Es una experiencia muy rica porque hemos vivido en una situación peculiar. Es una iglesia que desde hace 50 años prácticamente perdió todas las infraestructuras, las plataformas esenciales para la evangelización como colegios, hospitales, guarderías, asilos, algunos templos… todo lo que tenía signo religioso. Pero a pesar de todo, la Iglesia Cubana cayó en la cuenta de que si no perdía a Jesucristo podía seguir siendo la Iglesia de Jesús. Yo he vivido en mi experiencia que la Iglesia puede perderlo todo, excepto a Jesucristo, y seguirá siendo Iglesia.

– ¿Cuantos curas sois en tu diócesis?
– En nuestra diócesis somos 26 curas para 800.000 personas. Os podíais venir algunos de aquí…

– ¿Como ves a los Jóvenes en Cuba?
– Llevo mucho tiempo trabajando con la pastoral juvenil, siendo animador de grupos. Continué en la parroquia siendo ya sacerdote y después me encargaron el trabajo con jóvenes de la diócesis y desde hace dos años la pastoral juvenil nacional.

La pastoral juvenil la llevamos por grupos. Generalmente tenemos grupos de iniciación cristiana. La mayoría de los jóvenes en Cuba no están bautizados y no han recibido ninguna información ni formación religiosa, de tal manera que la iniciación cristiana comienza enseñándoles el Padre Nuestro, asistiendo por primera vez a la eucaristía, explicándoles su sentido. Comenzamos con una formación humana cristiana que de alguna manera va insertando el evangelio en la vida de esos jóvenes. Representan hoy en día la esperanza de la Iglesia.

– ¿Cómo surge tu vocación? 
–  Yo creo que desde pequeño, pero la aparqué. Pasó el tiempo, me gradué de dentista en la universidad, ejercí mi profesión y, a la vez, continué mi tarea en la parroquia con los jóvenes. Este apostolado o tarea juvenil iba ablandando los caminos de Dios para poder escuchar su llamada. Todo se decidió en la visita del Papa Juan Pablo a Cuba. Yo trabajé mucho en esa visita siendo laico. Las palabras del Papa y la gran concentración de jóvenes en la Misa de Camagüey, vi claro que algo tenía que cambiar, que mi vida tenía que dar un giro decisivo y en septiembre de 1998 entré al Seminario.

Ahora celebraremos el Décimo Aniversario de la visita del Papa (contaremos con el Cardenal Bertone) con tres actos multitudinarios: uno en la Habana, otro en Santa Clara y otro en el oriente del país en la diócesis de (Guantánamo-Baracoa) diócesis que fue creada por Juan Pablo II en su visita a Cuba.

– ¿Algo más?
– La Iglesia Española es un iglesia a la que quiero mucho, porque fue nuestra iglesia madre y porque me acogió en mis años de formación en la universidad pontificia de Madrid, de los padres Jesuitas. A esta Iglesia le digo que no tenga miedo, que todo lo que pueda perder o que quieran quitar… no importa. Lo importante es que no le quiten a su Señor. Que busque sobre todo tener a Cristo y ofrecer a Cristo al pueblo, que eso es lo que Dios le va a pedir y eso es lo que la gente espera siempre de la Iglesia.