17 de diciembre de 2007

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El próximo sábado, día 22, a las cinco de la tarde, tendrá lugar en la Parroquia de Santa Teresa, la celebración de la Luz de la Paz de Belén. En la Eucaristía presidida por el obispo de la diócesis, D. Ciriaco Benavente, se difundirá la luz procedente de la misma gruta de Belén. Esta celebración está impulsada y coordinada por el Movimiento Scout Católico de nuestra diócesis de Albacete.

La campaña de la Luz de la Paz de Belén desde 1990 permite que esta luz viaje por toda Europa. Cada año, al inicio del adviento, un niño del norte de Austria recoge la luz de la gruta donde Jesús nació y la lleva a Europa. En una ceremonia ecuménica en Viena Delegaciones de toda Europa asisten a la celebración para llevar la luz a su país, con un mensajero de Paz. En cada eucaristía los scouts distribuyen esta luz que puede ser recogida y llevada por particulares a sus casas, y también a parroquias, a hospitales, a residencias, a prisiones y a cualquier lugar donde se aprecie su significado.

Esta celebración es preparada con una serie de trabajos previos que tienen lugar en los grupos del Movimiento Scout Católico de Albacete y tienen como objetivo preparar nuestra sensibilidad a la acogida de la Luz de la Paz en todos sus dinamismos y así pasar a la acción.

Cuando llega la Navidad todos recordamos y hacemos presente aquel hecho singular ocurrido hace más de 2000 años que marcó el rumbo de la historia: el nacimiento de Cristo en el portal de Belén. Esta luz encendida en la gruta de Belén por un niño nos lleva a contemplar a Jesús, la Luz del mundo que ha venido a iluminar y dar sentido a nuestras vidas.

La luz de la Paz debe ser para nosotros un símbolo del trabajo activo por la paz y la solidaridad en medio de nuestro mundo, esforzándonos por poner lo mejor de nosotros en lo que hacemos. Esa paz que llevamos dentro es la que queremos transmitir a nuestros semejantes.

La Luz de la Paz de Belén debe ser algo más que una sencilla llama, algo más que un símbolo. Todos debemos trabajar a favor de la paz, porque cada vez que transmitimos un poco de alegría, de esperanza cada vez que mostramos el mismo amor que Dios nos tiene con nuestros semejantes, hacemos una vez más que sea Navidad.